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Los niños y niñas que asisten a nuestro Centro no vienen solos, lo hacen de la mano de sus familias, por eso desde la escuela intentamos conseguir que la tarea de educar sea compartida. Creemos en una escuela transparente, donde se trabaje y se viva en un ambiente agradable y tranquilo e invitamos a las familias a que participen de esta vivencia abriendo nuestras puertas a un contacto sincero y respetuoso. Planificamos momentos de encuentro y comunicación (tutorías, reuniones de aula…) de formación (charlas, escuela de padres y madres…) de participación (preparación de la Navidad, Carnaval, Fiesta de fin de curso…).
Animamos a las familias a que permanezcan con sus hijos/as los primeros días del tiempo de acogida y las invitamos a pasar un día en la escuela en el tercer trimestre. Queremos que nuestras familias se encuentren cómodas y en confianza y que sientan la escuela suya. Las familias además participan en la organización y gestión del Centro a través de sus representantes en el Consejo Escolar elegidos democráticamente por votación cada dos años.
El personal del Centro lo componen: El Equipo Educativo, el Equipo Directivo (Directora y Secretaria) y el Personal de Servicios (Cocinera, Ayudante de cocina, Limpiadoras y Administrativo).
El Equipo Educativo se encuentra en posesión del titulo de Educadora infantil o Maestra Especialista en educación Infantil, exigido por la normativa vigente, además en su mayoría poseen dobles titulaciones relacionadas con la educación (Maestra especialista en Lengua extranjera, Maestra Especialista en Audición y Lenguaje, Psicopedagogía, Psicología…) así como una amplia experiencia en el acompañamiento de la primera infancia.
El Equipo de la escuela persigue a diario el bienestar de niños y niñas con el fin de asegurar las mejores condiciones para el crecimiento, el aprendizaje y el desarrollo. Esto supone atender a las necesidades que niños y niñas presentan: necesidades afectivas, físicas, cognitivas y sociales. Nos interesa especialmente la creación y el mantenimiento de un vínculo afectivo estable y de calidad pues partimos de la certeza de que si los niños y niñas se sienten queridos y apreciados tendrán la seguridad necesaria para abordar nuevas conquistas y aprendizajes. Por ello, las educadoras y educadores documentan, evalúan y desarrollan continuamente su práctica educativa, construyendo, renovando y manteniendo un buen ambiente de juego que ofrezca a niños y niñas un nivel apropiado de desafío y que les motive a actuar. Las educadoras y educadores además, con su presencia y disponibilidad; animan, arropan, invitan y acompañan a niños y niñas en su vivir proporcionándoles el reconocimiento, la aceptación y la confianza necesarias para la creación de una correcta y sana autoestima.
Creemos en un modelo de niño/a competente, capaz, que sienta que sabe hacer muchas cosas, frente a un modelo de niño/a dependiente, frágil y supeditado al adulto. Pensamos que son sujeto de derecho desde el nacimiento y así los tratamos, otorgándoles el respeto y el reconocimiento que merecen. Somos partidarias de educar en la autonomía, ayudando y acompañando en su desarrollo, fomentando y alegrándonos con sus conquistas. Proponemos y diseñamos la actuación diaria de forma que dé cabida a que niños y niñas tomen decisiones en la medida de sus posibilidades, favoreciendo y respetando su iniciativa y su libertad de elección. Queremos que se sientan seguros y comiencen su andadura en la vida sobre la base de esta seguridad y por ello les proporcionamos la cobertura afectiva necesaria. Pero sobre todo perseguimos niños y niñas felices, con alegría de vivir pues con ello contribuiremos a la creación de un mundo mejor para todos y todas.